La Orquesta Juvenil Argentina presentó “Sinfonía Necesaria” en el Palacio Libertad: entre la emoción y la ovación

La Orquesta Juvenil Argentina, integrada por los mejores 120 mejores músicos de orquestas juveniles de todo el país que conforman la rede federal impulsada por la Fundación SOIJAr (Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Argentina), ofreció este jueves una notable y emotiva interpretación de la Sinfonía N.º 1 en Do mayor, Op. 21 de Beethoven y de las Variaciones Enigma N.º 9 (“Nimrod”) y N.º 14 (“Finale”) de Elgar, que fue recompensada con una sostenida ovación por parte del público que colmó el Auditorio Nacional del Palacio Libertad – Centro Cultural Domingo Faustino Sarmiento.

En el marco del concierto “Sinfonía Necesaria”, este verdadero seleccionado nacional juvenil de música, que constituye uno de los programas más relevantes de la Fundación, conjugó bajo la dirección del Maestro Ariel Britos un alto nivel técnico con una capacidad expresiva que provocó la respuesta espontánea de la audiencia.

Fundador y presidente del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles del Uruguay, director de la Orquesta Nacional Juvenil del SODRE y actual presidente del Programa Iberorquestas Juveniles, Britos condujo de manera precisa la formación orquestal, cuyos integrantes se reunieron apenas 72 horas antes del concierto, dejando en evidencia los logros del programa, que propone durante el transcurso del año seminarios intensivos con talleres y ensayos bajo la guía de grandes maestros.

Representativa del espíritu de SOIJAr, que abraza la música como motor de transformación y como espacio donde cada joven encuentra su voz, su lugar y su pertenencia, tras la presentación a cargo de Liliana Parodi en carácter de Embajadora de la Fundación, y de su presidenta honoraria Valeria Atela, la Orquesta Juvenil Argentina dio inicio al concierto con la primera sinfonía de Beethoven, que marcó el paso del clasicismo al romanticismo.

En segundo término, los chicos y chicas de la orquesta enfrentaron y superaron con solvencia el desafío que proponen las Variaciones Enigma N.º 9 y N.º 14, a lo largo de las cuales el compositor inglés Edward Elgar demanda de los intérpretes un profundo compromiso emocional al mismo tiempo que un gran virtuosismo orquestal.

Un homenaje “necesario” y un gran final a ritmo de candombe
Los generosos aplausos que celebraron el desempeño de los jóvenes músicos abrieron entonces las puertas a uno de los momentos más emotivos de la noche, que llegó de la mano de un merecido homenaje a Hugo Midón y Carlos Gianni, creadores de obras inoxidables como Vivitos y coleando, La trup sin fin y Huesito Caracú, entre muchas otras.

Con Atela al mando de la formación orquestal, llegó entonces una festejada interpretación de la canción Yo no me arreglo solito, a cargo de Carlos March, histórico compañero de ruta del dúo creativo, y Joaquín Catarineu, hijo de Roberto, otro de los socios históricos del tándem formado por Midón y el mismísimo Gianni, quien amplificó la emoción del auditorio al subir al escenario del Auditorio Nacional para sumarse a los coros del tema.

Y una vez más con el Maestro Britos al frente, la recta final del concierto fue transitada al ritmo de la percusión que enmarcó la ejecución de La llamada, un clásico de la música uruguaya compuesto en los años ’50 por Pedrito Ferreira, conocido como “el Rey del Candombe”, y la pegadiza Candombe para Gardel, del gran Negro Rada. Inmejorable broche de oro que puso al público de pie para despedir a la Orquesta Juvenil Argentina y para cerrar una noche inolvidable, con la música que transforma vidas.