Olivia de Happyland lanza el videoclip de “Sin encajar”

Olivia de Happyland estrena “Sin Encajar”,  tercer single que transita entre el “folk rock” y su propia sensibilidad lírica, brindando una voz a la soledad y a la rebeldía de quienes se sienten fuera de lugar en el mundo. En esta canción, Olivia explora el deseo de no pertenecer y la aceptación de su propia rareza, dejando claro que su diferencia es una elección consciente, no un defecto.

Esta canción gira en torno a una visión de mundo que rechaza los moldes y cuestiona las estructuras sociales. El motivo recurrente de “no encajar” es la declaración de Olivia de una independencia radical, una especie de libertad existencial. A través de un lenguaje sencillo pero profundo, utiliza símbolos de lo desechado y lo marginado: animales enjaulados, siglos oscuros, monedas sucias, brujas quemadas. Cada imagen funciona como un emblema de los oprimidos, los distintos y los olvidados.

Destacan varias figuras poéticas como la Anáfora y repetición: “Sé que no encajo,” que martilla en la memoria y genera una sensación de afirmación en lo que otros considerarían una limitación; Metáforas evocadoras: “Cultivo otros desiertos y descuido mi jardín” simboliza su rechazo a la conformidad, su elección de cuidar lo árido y lo inusual, en lugar de aquello que se considera convencional. Contrastes simbólicos: Las “líneas rectas y torcidas” y las “monedas sucias y galones en chaquetas” reflejan el choque entre el mundo ordenado y lo que se sale de esa lógica.

Este texto sigue un estilo existencialista y social, con matices de poesía confesional en la medida en que Olivia desnuda sus pensamientos sobre su propio lugar en el mundo. La canción posee una cualidad cinematográfica, no sólo por su musicalidad, sino porque cada verso parece encender una imagen visual de un mundo desgarrado y fascinante en su imperfección. Es un estilo que también roza lo **surreal**, donde los objetos y símbolos se deforman para expresar una verdad emocional más profunda.

Olivia de Happyland nos ofrece una balada de los inadaptados, un himno para quienes prefieren lo crudo y lo incierto sobre lo seguro y lo conocido. Con su tercer single, Olivia se desliza en el alma de quienes sienten, alguna vez, que no encajan en este mundo. “Sé que no encajo” no es sólo una declaración; es una meditación poética sobre los valores, las sombras del pasado y la elección consciente de cultivar lo que otros llamarían “desierto”. Una pieza que confirma a Olivia como una de las voces más genuinas y necesarias en el panorama musical actual.

La letra de Olivia de Happyland resuena poderosamente con la película “Freaks” de Tod Browning, una obra clásica del cine que explora los conceptos de otredad, aceptación y resistencia ante una sociedad que margina lo que no comprende. Al igual que en *Freaks*, Olivia emplea su canción como un manifiesto de identidad y autoafirmación, abrazando lo “anormal” o lo “distinto” como una elección libre y genuina.

En “Freaks”, Browning nos lleva al mundo de una compañía de circo cuyos artistas, considerados “monstruos” o “fenómenos”, tienen una vida compleja y profundamente humana que los personajes “normales” de la historia no pueden entender ni aceptar. De manera similar, Olivia usa su letra para dar voz a quienes, como ella, sienten que no encajan en un mundo de líneas rectas, normas rígidas y expectativas. La frase recurrente “Sé que no encajo y no quiero encajar” es la declaración de alguien que, como los protagonistas de “Freaks”, elige orgullosamente su identidad frente al juicio de la sociedad.

La mención a “animales cazados o en el circo” y “brujas quemadas” en la canción conecta directamente con el tema central de la película: el rechazo a aquellos que son diferentes. Al igual que en *Freaks*, donde la “anormalidad” de los personajes es, en última instancia, lo que los hace humanos y auténticos, Olivia transforma su “freak” interior en una fuente de fortaleza, señalando el absurdo de los estándares de la sociedad.

Olivia, como los personajes de *Freaks*, abraza su rareza y elige no conformarse, no por rebeldía superficial, sino como una forma de afirmar su libertad y su verdad. En esta conexión con Browning, Olivia nos recuerda que los “freaks” no son los que deben cambiar; es el mundo el que necesita aprender a ver la belleza en lo que considera extraño o inusual