María Tassara terminó de ver con su familia el musical Hamilton en televisión y algo grande le pasó en su interior: no podía hablar de la emoción. Ese fue, de alguna manera, el principio de la odisea que terminó con un título de The American Musical and Dramatic Academy (AMDA) de New York. Era en plena pandemia y preparó la audición virtual apilando unas sillas para poner su computadora, enchufando un par de lámparas y unos cables para convertir el pequeño living de su casa en el escenario para mostrar su talento a uno de los lugares emblemáticos de la comedia musical en el mundo.
A los pocos días, recibió el mail del director de AMDA dándole la bienvenida. Había sido admitida. “¡Era una locura! AMDA es el lugar en donde se formaron varios de los actores que yo había visto en Hamilton”, recuerda hoy desde Estados Unidos. Todo parecía una utopía.
“Tenía 19 años, me habían aceptado en una academia de New York, de las mejores en comedia musical. La matrícula era carísima, pero de alguna manera teníamos que conseguir la plata. Hice un video explicando mi sueño, pidiendo ayuda, información, datos de la ciudad, lugares donde vivir. Se lo mandé a amigos de mis papás, de mis hermanos, lo puse en Internet, en Instagram. Mucha gente me donó plata y conseguí lo necesario para hacer sólo un semestre. Un cuarto de la carrera”.
Aparecieron unos tíos segundos que ella no conocía y le abrieron las puertas de su casa en New Jersey, la trataron como a una hija más y la ayudaron con la logística del pasaje, la comida y todo lo que necesitaba para vivir en New York. A las cinco de la mañana ella salía -con nieve y temperaturas bajo cero en invierno- para hacer su recorrido de casi dos horas en colectivo, tren y subte hasta llegar a sus clases.
Pasión y talento. Una fuerza difícil de detener. Una combinación que da como resultado que lo imposible sea posible. El Universo la acompañó. Muchas personas la ayudaron, la alentaron y aconsejaron. Y lo que empezó siendo una lejana posibilidad se pudo concretar. Paso a paso. Iba por un solo semestre. Los profesores la recomendaron y para el segundo año consiguió un sesenta por ciento de beca por su talento. Difícil de conseguir, pero lo logró.
Ahora, ya egresada, está trabajando en un show para niños que es una experiencia inmersiva de la nueva película Trolls. “Antes era con la película Encanto y yo tocaba la guitarra. Camp se une con Universal Studios o con Disney y hace este show, crea todo el universo de Encanto o de Trolls, y ahí estamos nosotros bailando, cantando, en la Quinta Avenida”.
Después de un año de trabajo allá, se prepara para volver a Argentina en marzo de 2024 para hacer un show del estilo del que hizo cuando promediaba su carrera. Cantó diez canciones de comedia musical, contando su historia entre medio. Cantó con su profesor de música del secundario que tocaba el piano, y también cantó canciones argentinas con el novio de su hermana. Esta vez tendrá otros condimentos.
“Mis impresiones de María comenzaron en otoño de 2022 cuando se matriculó en un intensivo de teatro musical del que yo era instructor. Durante una semana tuve el placer de observar el talento y la ética de trabajo únicos de esta joven artista. María tiene alma y de alguna manera aprovecha un nivel de expresión y estilo que no se puede enseñar. No tengo ninguna duda de que la presencia de María seguirá siendo un activo esencial para el mercado de las artes escénicas de Estados Unidos”, asegura Christopher Stephens, músico de la ciudad de Nueva York cuya carrera incluye entrenar actores que actúan en Broadway, teatros regionales y cine y televisión, además de actuar y dirigir música
“AMDA es increíble. Todo es muy Broadway, las clases son salones de baile, hay puertas de mentira, cajones para armar escenas, sillas, no hay escritorios”, se emociona María. Recuerda con un cariño muy especial a su profesor David, que estuvo presente en la audición, y compartió con él el principio y el final de la carrera. Le cambió la vida a mucha gente, a mí me la cambió. Fue una de las razones por las cuales decidí seguir haciendo AMDA. Porque le pregunté si realmente le parecía que valía la pena que siga porque no tenía la plata. Me dijo sí. Aunque te cueste, lo tenés que seguir haciendo”.
Dolores Tassara, su mamá, se sorprendió cuando estuvo de visita en AMDA. “Los profesores me dijeron que María es talentosísima y será una embajadora de AMDA en el mundo. Desde chiquita canta con toda la fuerza de las emociones y más… canta con lo más profundo de su corazón, con toda su inteligencia espiritual”.
“María tiene muchísimos talentos, que tuve el privilegio de conocer como Maestro a sus 15 años. Si tuviera que quedarme con uno, sería que ella “encarna” lo que está interpretando. Logra conectar con la obra y el público de una forma tan técnica como visceral, que se vuelve un canal perfecto para que la emocionalidad de la música llegue a todos los públicos, con una claridad y una profundidad que pocas veces he visto en artistas de tan temprana edad”, dice su profesor de música Enzo Ferrari.