“Un homenaje a lo que fuimos y una declaración de lo que somos ahora.”
Desde el corazón de la escena alternativa colombiana, Los Batz regresan con una fuerza renovada y un propósito claro: reconectar con su raíz y con una generación que vibra entre la melancolía y la rebeldía. Su nuevo álbum, Hábitos de Murciélago, no es solo un disco: es una metamorfosis. Un punto de quiebre donde la intensidad del post-hardcore se encuentra con la sensibilidad del pop punk, dando vida a una obra tan visceral como emocional.
El álbum marca una transición profunda para la banda —no solo de idioma, sino también de identidad sonora y emocional—. Tras varios años creando en inglés, Los Batz decidieron volver al español como un gesto de reconexión con su público latinoamericano. “Hábitos de Murciélago es un homenaje a lo que fuimos y una declaración de lo que somos ahora”, expresan. Y esa dualidad se siente en cada acorde: un puente entre la nostalgia de su pasado y la claridad de su presente.
Grabado entre Mix Factory Studio y Lotus Studio (hoy Ascendo), el disco mezcla grabaciones originales con nuevas capas instrumentales que expanden su universo sonoro. La producción estuvo en manos de los propios integrantes junto al productor Jack Salaa Gómez, quien aportó el toque final a una mezcla cargada de textura, energía y emoción contenida.
Pero más allá del sonido, Hábitos de Murciélago funciona como una bitácora emocional. Cada canción es un fragmento de humanidad que habla de la confusión, la rutina, la euforia, la pérdida y la resiliencia. Es una experiencia catártica que invita a gritar, bailar, llorar o simplemente sentirse acompañado.
“Queremos que nuestras canciones se vuelvan parte de la vida de la gente.
Que las bailen, las griten, las lloren o las recuerden.
Que encuentren en nosotros un espejo de lo que sienten.” — Los Batz
Con este lanzamiento, Los Batz se consolidan como una de las bandas más prometedoras del rock alternativo latino, llevando su sonido a una nueva generación que busca autenticidad y emoción real. Hábitos de Murciélago no solo es un disco para escuchar: es una declaración de identidad.
