El lanzamiento de “Eternamente en vivo” irá acompañado de una gira de salas.
Se lo han ganado a pulso. Tal vez, la publicación de un álbum en directo sea una de las apuestas menos arriesgadas de Lagartija Nick. Al contrario: es la primera vez, en más de 35 años, que los granadinos echan la vista atrás para recapitular una trayectoria tan vibrante como, en ocasiones, incomprensible. Contra todo pronóstico, la banda fundada por Antonio Arias (cantante y bajista), Eric Jiménez (batería) y Juan Codorníu (guitarra) ha sobrevivido como escurridizo verso suelto en el panorama musical español. Su nacimiento coincidió con la reducida generación bisagra de rock alternativo surgida en este país entre los ochenta y los noventa. Y el grupo con el nombre heredado de una canción de Bauhaus detonó. Abriendo caminos. Desmarcándose de tendencias. Expresándose en castellano. Hablando de y desde posiciones inadvertidas. Arrollando con un excitante muro de sonido.
El presente álbum en vivo no se ha hecho esperar. Llega con una velocidad casi anfetamínica. Se grabó en el Teatro CajaGranada el 26 de abril de 2025. Y lo que se muestra es lo que hay. Y lo que hay suena poderoso. Es Lagartija en estado puro. Sin síntomas de decadencia o decaimiento. Y sin recurrir a los habituales trucos de laboratorio con los que tradicionalmente se han maquillado los discos en directo en el rock español.
Junto al trío original está el teclista JJ Machuca, que en algunos momentos parece una segunda guitarra. Es la alineación actual de Lagartija, que revisan en pleno 2025 una discografía que arrancó en 1991. El cuarteto se acerca a través de estas doce canciones a ocho de sus álbumes (en el concierto íntegro revisaron una docena de trabajos en casi treinta temas), que son prácticamente la mitad de su monumental obra. La adecuación al formato del LP ha obligado a condensar. ¿El resultado? Un repertorio equilibrado en la cronología que funciona como el rodillo que Lagartija Nick es cuando se sube al escenario. De las doce, siete pertenecen a los noventa y cinco son de este siglo. Los descartes de títulos más recientes ayudan a profundizar en la perspectiva temporal.
Llama la atención que el disco al que más acuden sea Su (1995), que anda por su trigésimo aniversario y del que procede el guiño de la portada. El diseño facturado por Realmente Bravo desarrolla el concepto de “Conmigo crece el caos”, ese caos que Antonio Arias necesitó para componer y sacar a flote a Lagartija Nick. Para no dejar de mutar. Para saltar al precipicio. Para mantenerse eternamente en vuelo.
El directo constituye una faceta esencial en ellos desde su kilómetro cero. “Celeste”, que cierra el álbum, fue sin duda uno de los pasajes más extáticos e impresionantes de aquella noche de abril en Granada. Con el eco de José Val del Omar y de Enrique Morente, figuras cruciales para entender la deriva artística de Arias.
Por supuesto, la huella de Morente y de su revolucionario trabajo con Lagartija Nick, Omega (1996), aparece en uno de los instantes más sorprendentes de este disco en directo: “Niña ahogada en el pozo”. «Todo lo que sé del rock me lo enseñó un flamenco: ese es mi resumen de los noventa», suele decir Antonio Arias.
Aparte de pildorazos ineludibles en cualquiera de sus conciertos (“Nuevo Harlem”, “Estratosfera”, “La curva de las cosas”…), el fan de Lagartija disfrutará aquí con el rescate de canciones poco habituales durante años. Ocurre en la apertura con “Lo imprevisto”, que brota con sonido afilado y trazas de serie B desde aquel 2004, cuando el proyecto renació. Cada instrumento toma asiento con contundencia y crudeza. También reinventan “Fulcanelli”, «esta no lo esperabais ninguno, eh», se le escucha decir a Antonio. Es lo más semejante a la balada del lote.
A su vez, se detienen por partida doble en la floreciente época de El shock de Leia (2007), cuando Lagartija se abrieron al pop. Resulta emocionante oír “20 versiones” sabiendo que poco después fallecería Honest John Plain (The Boys), que tocó la guitarra original y la cantó en inglés en ese disco con otra letra (“Going to Mars”). O “El signo de los tiempos”, que es cien por cien Lagartija Nick, pero en la era de MySpace y con la impronta de Jesús Arias —hermano de Antonio, que nos dejó en 2015— en la letra. Y de Jesús es la composición de “Agonía, agonía”, que conecta con el espíritu punk de sus TNT y con su mirar ilustrado. Y todo esto para resumir siete lustros. Sin apenas dejar aliento. Después de una serie de propuestas conceptuales, a los Lagartija les sienta bien tirar de fondo de armario y desbocarse.
GIRA ETERNAMENTE EN VIVO:
9 de octubre PAMPLONA Indara Club
10 de octubre BILBAO Kafe Antzokia
7 de noviembre VALENCIA 16 Toneladas
22 de noviembre ELCHE La Llotja
19 de diciembre MADRID La Sala (Movistar Arena)
20 de diciembre BARCELONA La 2
23 de enero MURCIA Sala Rem
24 de enero MÁLAGA La Trinchera
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