En la que fue su última edición a orillas del Paraná, Crack Bang Boom volvió a mostrar su poder de convocatoria. Exitosos cuatro días para la historieta argentina.
A lo largo de 4 días nos olvidamos de todo. El contexto se vuelve un pretexto para sumergirnos con todavía más razones dentro de la Crack Bang Boom, esa burbuja símil oasis que aparece una vez por año a orillas del Paraná, a metros del monumento que rinde homenaje a la bandera nacional, en la ciudad de Rosario.
Es que Crack Bang Boom se ha transformado no solo en el evento de historietas por excelencia del país, sino que además ha sabido concebir convertirse en un encuentro obligado entre artistas, editores y lectores, una verdadera usina de proyectos y al mismo tiempo, el lugar que reconoce el trabajo que se hace mancomunadamente en el país, dentro de un rubro dónde las dificultades son enormes, pero la pasión gigantesca.
La décimo segunda edición fue también última en el Paseo de las Artes, ocupando los galpones del CEC, el Galpón de la Música y el Galpón de las Juventudes, dato confirmado por el propio Eduardo Risso, principal figura del equipo organizador. El año que viene será en otro lugar, más grande, más cómodo, según dijo. ¿En el antiguo pero remodelado predio de la Rural? Es probable.
Pero para el 2024 falta mucho y lo que queremos es concentrarnos en esta edición de 2023, que tuvo de todo, desde el augurio de mal tiempo a jornadas fantásticas con el clima acompañando y el público comiquero, la familia casual y los curiosos de siempre, plegándose a lo largo de 4 días para disfrutar de talleres, debates, charlas, presentaciones de libros, stands de editoriales nacionales, de distribuidas y librerías, de puestos de merchandising, invitados extranjeros y nacionales, artistas de todas las provincias, y claro, a lxs cosplayers y el siempre esperado desfile de los domingos del cosplay.
Loco Rabia estuvo, como en los últimos años, ocupando los stands 10 y 11, en el Galpón 11, también llamado Espacio Crack, bien pegado al stand amigo de Historieteca, con quién, por ejemplo, acabamos de publicar Náufrago Morris, de Lautaro Fiszman y Pablo Franco.
Precisamente, una de las primeras actividades que tuvo durante este feliz fin de semana Loco Rabia, fue la presentación conjunta de este libro, en la que participó Lautaro Fiszman (dibujante) y Marcelo Pulido (editor de Historieteca), en una charla moderada por la divulgadora de comics Anahí Blue. Esto ocurrió el viernes.
El sábado, presentamos las novedades del presente año, junto a las presentaciones oficiales de “Lo mejor que tenemos”, con la presencia de Lucía Martinez Mayer y “Reconectados S.A.”, con la dupla Ernesto Parrilla y Javier Oliver. Marcos Vergara, en el rol de editor, se encargó de repasar los últimos lanzamientos, con la moderación, una vez más, de Anahí Blue.
El mismo sábado, ya atardeciendo, los editores Marcos Vergara (Loco Rabia) y Marcelo Pulido (Historieteca), subieron al escenario del Espacio Crack para hacer el anuncio (y apertura oficial) del 2do Premio Latinoamericano de Historietas. La charla fue moderada por el periodista rosarino Leandro Arteaga y los editores se encargaron de dar de conocer las cuestiones básicas del nuevo certamen y las fechas de vigencia. La presentación fue emitida en vivo a través del Instagram del premio. No nos explayaremos en este newsletter sobre el premio porque en unos días haremos un informe especial para que puedas compartir con cualquier persona que sepas, podría estar interesada.
El sábado coronó la tercera jornada con los ya clásicos Premios Trillo, con la presencia de varios organizadores de la Crack en el escenario, las palabras de Eduardo Risso y la conducción – impecable y divertida – de Eduardo Santillán Marcus. Loco Rabia celebró la obtención del galardón a Mejor Comic Digital por parte de “Nathaniel Fox y la Tierra Hueca”, de Rodolfo Santullo, Manuel Loza y Adrián Iglesias. Rodolfo también se impuso en la categoría Mejor Guionista (cuándo no!), por “La Orden del Bes”, editado en papel por los amigos de Los Aspirantes Ediciones, libro que publicamos en forma serializada en el ezine locorrabiense y que cuenta con dibujos del maestro Horacio Lalia.
Pero lo más emocionante de la noche fue el premio a la trayectoria a Eduardo Mazzitelli, prócer de la historieta nacional, co-equiper por excelencia de Quique Alcatena en los guiones, una persona que no es habitual verla en eventos y que, sin embargo, apareció en Crack Bang Boom para subir al escenario y, visiblemente emocionado y feliz, tomar ese premio hiper archi merecido. Un escritor que nos ha llevado por tantos mundos fantásticos, reconocido en el marco de un evento tan imponente. Y una frase hermosa que nos legó: “No dejen morir a la historieta”. Bastaba mirar alrededor para ver los rostros al borde de la emoción y más de uno agarrándose la cabeza, por ver allí, a una verdadera leyenda.
Y el domingo, antes de la locura que desata el cosplay, tuvimos una última presentación, la de “El sendero prometido”, de la enorme Delius, en una charla mano a mano con Diego Treterola. Un libro que salió en 2022, pero merecía esta presentación.
A lo largo de todos los días, recibimos en nuestro stand visitas de gente querida (reunimos al equipo “Pumbapá”, con Mari Salina y Aleta Vidal; nos visitó nuestro secuaz neuquino, Juan Pablo Alloa Casale; tomamos mates con el amigo Santullo; por nombrar algunos de los tantos) y también, espacio de firmas a cargo de Lautaro Fiszman, Jok, Rodolfo Santullo, Carlos Aon, Delius, y hasta Marcos Vergara y Ernesto Parrilla (que estaban, junto Mariana Ruocco, a cargo del stand) tuvieron que firmar ejemplares.
Fueron cuatro días de hermosa convivencia, de momentos inolvidables, encuentros y reencuentros, de ver carpetas de trabajo, de hablar con los y las lectoras, de recibir amigos y amigas, de sentirnos niños y, por estos pocos días, pensar en cosas positivas. La Crack es mucho más que un evento. Es una necesidad, algo indispensable para el mundo de la historieta nacional. Larga vida a esta patriada, larga vida a más momentos para la eternidad en la ciudad de Rosario, cuna de la bandera, del Negro Fontanarrosa, de la Pulga Messi y tantos grandes artistas, principalmente, de las viñetas.