Casi quebrarse para reinventarse: Camilo Desorden saca a pasear sus heridas en “Cascarita”

La cantante y productora despliega un extenso álbum debut de 13 canciones que navega sin red por su intimidad, ofreciendo un repertorio hondo, sensible y explorativo. Autoproducido y mezclado por la propia artista, el disco es un juego de texturas filosas donde la desesperación, la sensualidad y el dolor se abrazan en la pista.

“cascarita” es el álbum debut de Camilo Desorden, una obra extensa que funciona como un mapa detallado de su mundo personal. A lo largo de 13 canciones potentes y a la vez delicadas, la artista y productora explora y conquista su propia intimidad.

El repertorio aborda sin pudor las heridas, la sensualidad y la desesperación. El viaje arranca con Cerveza, cerveza, una reversión irónica y solemne de un clásico de internet, e inmediatamente se sumerge en el misterio del primer single, Idiota. La búsqueda se vuelve más carnal y explícita en Un amante, una canción que canta sobre la insatisfacción con la línea categórica: “quiero un amante que me atragante”.

Si bien el sonido es auténtico y desarrollado por la artista, Camilo Desorden se permite varias colaboraciones y virajes estilísticos. La cuota pop y energética comienza a asomar en Rincón, el primer tema con colaboración vocal, y encuentra su pico adrenalínico en Tatatatá, “La noche del pacto”, junto a MARTTEIN, generando un track demoledor sobre salir de fiesta “con el monstruo”.

El álbum se deleita en los contrastes. Tras el pulso frenético, aparece No te frenes, una balada rock/pop manchada por las texturas enigmáticas y filosas que acompañan este trabajo. El golpe más sensible del repertorio es el lento Espía, que encuentra un respiro melancólico en el bucle y rareza de interludio titulado Deteneme. El coqueteo con la noche sigue con Peligro, un tema de música club con letra de doble sentido sobre el juego entre el deseo y el peligro, realizado en colaboración con Juana Rozas y el productor OKTE.

Casi llegando al final, la artista relata en De un golpe ese estado denso y cargado de pasión donde se siente que algo está a punto de romperse. El recorrido de las canciones se explica finalmente con el track que le da nombre al disco: Cascarita. Con un sonido que se define como folclórico digital, el álbum concluye con una sutileza casi a modo de despedida. También se incluye un “plus” en la historia de la famosa cucaracha que no puede caminar llamado La cucaracha, y un sencillo berrinche pop, Al borde, el tema más llevadero del álbum.