Sábado por la noche en la Sala Master. Afuera, Santiago se mueve a su propio ritmo, pero dentro de la sala el tiempo parece detenerse. No hay multitudes masivas ni luces deslumbrantes: lo que hay es comunidad, cercanía y un aire de complicidad entre quienes se sientan frente al escenario. Así arranca Abrazo Sonoro, un encuentro donde la música deja de ser espectáculo para transformarse en refugio.
Los primeros acordes llegan de la mano de Los Necesarios. Con la fuerza de su raíz rockera, la banda abre la noche con un show que no solo sorprende por su solidez musical, sino también por la honestidad de su propuesta. El público responde con atención, con emoción, y se produce ese raro instante en que las canciones parecen hablarnos a todos. El clímax llega con “Una vez más”, cuando Daniel Narea sube al escenario. La voz del integrante de Los Psiconautas se suma a la de Adolfo Villalón y, por unos minutos, lo que ocurre sobre las tablas es un abrazo compartido entre músicos, amigos y espectadores.
Tras ese arranque poderoso, la guitarra y la voz de Zapla nos invitan a un viaje distinto: más íntimo, más contemplativo. Su presentación se llena de matices con la participación de Cigarboxman y con la huella delicada de Cocó Ferrada, que refuerza la identidad de un sonido que se defiende con nobleza y oficio. Con este cierre, Zapla deja a la sala envuelta en un clima de recogimiento y emoción compartida.
Acto seguido, Daniel Narea regresa al escenario, esta vez no para cantar, sino para hablar. Junto a Adolfo Villalón, reflexiona sobre la importancia de la conciencia plena, del detenerse, del dar espacio a la sanación. Sus palabras resuenan como un eco necesario en tiempos de ruido y prisa, abriendo un nuevo capítulo de la noche.
Es el turno de Baby Cohete. La banda hace honor a su nombre y despega con un sonido fresco, luminoso, capaz de envolver a la sala en un clima de esperanza. Catalina Mendoza se roba el centro con una interpretación vocal que emociona por su fuerza y honestidad. Cada canción es un recordatorio de que también se puede sanar cantando.
El cierre es una explosión de energía. Guayi, ex voz de PapaNegro, toma el micrófono y la sala se transforma. Ya no hay butacas rígidas: el público se pone de pie, canta, baila, se abraza. La música se convierte en catarsis, en liberación. Es el último acto de una noche donde cada artista entregó algo de sí mismo para construir, en conjunto, un espacio distinto: un refugio.
Abrazo Sonoro fue posible gracias al trabajo y compromiso de Los Necesarios, junto a los artistas colaboradores que hicieron de esta jornada una experiencia única: Guayi, Baby Cohete, Zapla, Daniel Narea, Cigarboxman, Cocó Ferrada, y cada músico invitado que se sumó a este encuentro. La producción contó además con el respaldo de la Fundación Volviendo al Ser, en colaboración con Agencia Bíobio, CCP Radio, San Pedro Conecta, Somos Difusión, Concepción Musical, Radio Sónica, Red Poncho, y el apoyo de Mundo, que cubrió el evento a través de ECOOL y que próximamente lo presentará en los capítulos de Blow Up, el podcast de ECOOL, donde se podrán revivir las entrevistas y presentaciones de esta noche mágica.
La noche demostró que la música, cuando se vive en comunidad, es capaz de sanar, unir y abrir un espacio de amor y conciencia. Abrazo Sonoro se consolida así como un proyecto que cruza arte, cultura y salud mental, dejando una huella profunda en cada participante.